Hoy decido que poesía
es mirar al horizonte,
que entre perdidos ojos
podría nacer el día.
Y si tal vez se te ocurriera
cantar aire al algo,
podría escucharte un momento,
si tal vez se te ocurriera.
Quizá yo pueda escribir la letra,
pero ¿qué tan segura estoy
de poder dejar fluir
la letra de tu preludio?
Preludio que tal vez
nunca quieras ejecutar.
La pieza que mañana falte
para ejercer una conexión.
La pieza que hoy nos sobre,
la que no vas a ejecutar.
La que de tanto anhelar,
se nos hundió en la piel.
Piel aún ajena a vos,
propia también.
Piel del color de un roble,
desteñida por el mar.
Vuelta a teñir nuevamente,
por ese reñido sol,
que una vez, junto a mi letra
se dignó a aparecer.
¿Recordás?~